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viernes, 2 de diciembre de 2011

Besar


Camino lento y no atento. Trato de hablar aunque tú me lo impidas. Trato de mirarte pero te escondes. Tocas música en cuanto hay silencio. Me regocijo con alegría expansiva. Notas palpitantes en mis labios. Espíritu maligno en mí. Deshabito por un breve momento. Escucho un acorde disonante y una saliva suave. Regreso a mí y me encuentro tímido cual niño esperando un pedazo de sandía. Una porción de ti en mí. Una extensión rápida en una sola acción. Tus ojos dilatados son interrumpidos por tus párpados. Me doy cuenta de tu roce en mis labios.       

viernes, 21 de octubre de 2011

Astarté


Manfred deambula en las montañas de los Alpes.  Su vida se hace añicos, pero él está obsesionado con preguntas sin respuesta de la vida.  En la vida no queda nada de él excepto recuerdos.  Las imágenes de su ideal Astarté impregnan sus pensamientos, y en vano las llamadas a ella.  Sólo el eco de los acantilados se repite su nombre.  Recuerdos y pensamientos quemar y roer en él.  Busca y pide el olvido, que nadie puede darle.

domingo, 14 de agosto de 2011


     

En el tejido del viento, no fue mi pregunta más que un sueño. No fue más que una sonrisa lo que tú diste. De la húmeda noche brillo desprendido, urge ahora el mes de mayo, y ahora tengo por tus ojos y tu pelo todos los días que vivir anhelante.

miércoles, 20 de julio de 2011

Justo Entre el Llanto y la Risa


Y entonces miras espejos líquidos, preguntando por el reflejo del tiempo y cuestionando emociones, respuestas carentes de ti, pero no dejas de silenciar la estrofa de armonía, no dejas el sonido fulmínate en ti, corres pretendiendo encontrar las paginas angustiadas de trágicas palabras rotas y coherentes, tratas de arañar imágenes plasmadas en el recordatorio de lo que eres, de lo que lastima en tu pecho, de lo que debiste no haber contado, de las tardes cuando las ramas del árbol cambiaron de sentido y tú acostada abajo viendo como las nubes nunca plantearon un horizonte de recuerdos, donde el viento soplo tu memoria y donde debimos contarnos historias distintas. Donde cruzamos el pasado cargado de olas sin salvación, de momentos sin acciones, de existir sin sentir, de mirarte y cerrar los ojos volteando lo mirado, escuchando un agudo eco de sensaciones frustradas, de llanto apagado, de cuando respiras el aroma fresco del ambiente después de llover, esa sensación en tu rostro cuando la pequeña brisa te toca y miras a la perspectiva donde se dibujan rayos luminosos de un sol incipiente de montañas, con olor a humedad, arboles zigzagueando de izquierda a derecha, de cúpulas mojadas y troncos tiernos. Lloras entre la confusión de charcos de agua y emociones que nunca antes supiste expresar, justo entre el llanto y la risa, esa transición inolvidable, sin conocerla, sin humedecer tus labios arrodillados a un espacio exorbitado de carismas falsos y pretensiones rabiosas. Entre las miradas y los segundos para escupir cualquier vaga palabra, para estar arto de lo que flota en tu mente, de arrancar toda la sangre de lo que recuerdas, de lo que fue, de lo que eres, de lo que no puedes decir sin llorar, de lo que escribes…, de ti, de mi.

viernes, 1 de julio de 2011

Dos Gotas.



Los bosques ardían y ellos en sus cuellos enredaban los brazos como ramos de rosas; la gente corría a los refugios, él decía que su esposa tenía cabellos en los que uno podía esconderse, cubiertos con una sola manta musitaban impúdicas palabras; la letanía de los amantes. Si la cosa se ponía fea saltaban en los ojos del otro y los cerraban con fuerza, con tanta fuerza que no sintieron el fuego que alcanzaba sus pestañas; hasta el final fueron audaces, hasta el final fueron fieles, hasta el final fueron parecidos como dos gotas detenidas al borde de la cara

sábado, 28 de mayo de 2011

Infierno


Contando desde arriba: una chimenea, antenas, una lámina enrrollada. A través de una ventana redonda ves a una muchacha en los hilachos que la luna olvidó llevarse y los dejó a merced de los chismosos y las arañas. Más abajo una mujer lee una carta, se refresca la cara con talco, y sigue leyendo. En el primer piso un joven camina de un lado al otro pensando: ¿cómo podré salir a la calle con los labios mordidos y los zapatos cayéndoseme a pedazos? El café de abajo está vacío; todavía es temprano.Sólo hay una pareja en una esquina. Se toman las manos. Él dice: “Siempre estaremos juntos. Mesero, un café negro y una limonada, por favor”. El mesero se mete detrás de la cortina y una vez allí, rompe a carcajadas.

martes, 24 de mayo de 2011

Poesía Difusa.



¿Qué pasa cuando tu imagen de los años, se transforma de un giro a otro? ¡Cuándo entiendes que tu sueño es grande y piensas en conquistarlo! Piensas girar a tu interior y arrebatarlo y sacar todo tu intelecto, en un constante pensamiento, de que lo ¡logras! Las ideas corren y tú actúas como un frio calculador, sientes que tienes el aliento en tus manos, sueñas con estos momentos que viven y dibujas emociones futuras, planeas almas inocentes que en el presente son vivas, que tienes todas tus aspiraciones y limites en el tiempo que no existen en este instante pero lo puedes percibir, porque lo puedes visualizar en el futuro. Corres ansioso y te adelantas a enunciados, pero no tienes las respuestas, y sin embargo… Llega ese día donde efectivamente el lema “en la competencia no hay lugar para el cansancio” se desenvuelve en tu sentido del tacto; te encuentras en un muro de sonidos donde todos los cuestionamientos que te formulaste se mutaron en los antónimos de tus deseos imaginarios… Piensas en que es una derrota y te sientes atrapado con la sensación de gritarle al ambiente que eres el chicle de la humanidad y que tu pretensión desenmascaró tu realidad. Entonces ¿Qué haces? El lamento y el odio no son justos, pero entenderías que somos vulnerables y finitos.