Estar en la noche es cuando en la obscuridad se resplandecen tus ojos, y el cielo niega al día. Entonces, expresas tus pensamientos. La noche como metáfora del sitio en el cual se da cabida a la autoreflexión, donde lidiamos subjetivamente con nuestros sentimientos. Así la noche es el espacio exacto donde los pensamientos expresan su significado, donde se recuerdan las acciones inmediatas y distantes. Se recorren con la memoria recuerdos que manipulan los sentimientos, resolviendo dudas e interrogantes formuladas.
También en la noche despejamos las inquietudes de una situación colmadas de intranquilidades, pues sirve como un embudo en donde se suministran un paliativo emocional para tranquilizar la alteración del ánimo intenso o pasajero.
En la noche los deseos inquietan el pensamiento incitando a vivir la vida con placer y sin límites. La noche para trazar planes de un futuro cercano, de un nuevo día para reírse del desconsuelo o angustia. La noche es simplemente caminar en ella y caminar en la noche es hablar de días vividos.
